ENSAYO DE UN ESCÁNDALO

   Hay gente que ve cosas. Hay otros más que perciben cosas. Durante el mes de noviembre del año pasado, el Profr. Moshe Sharona, Ph.D de la Universidad de Damasco, se encontraba haciendo trabajo de campo en la UNAM. En un coloquio sobre fanzines underground, le llegó a las manos un ejemplar (copia bond) de Yo no soy un rebelde. Lo primero que le llamó la atención fue la iconografía y el aparente lenguaje oculto en la disposición de imágenes, contenido y formato. Sharona estaba seguro que había algún arcano en el fanzine. De tal suerte, en el presente año publicó un ensayo de cincuenta páginas titulado Τέω της Ιωνίας 6ος αιώνας donde hace públicas, de forma terminante, sus observaciones. Dice, por ejemplo, que el título lleva implícita una negación de Dios, la contracción “Yo no soy” simboliza entonces lo contrario a lo expresado la ocasión que Dios escogió para revelarse a Moisés como el eterno “Yo soy”; de igual manera, hace referencia al símbolo utilizado en la extrema derecha de la portada: una mano “haciendo cuernos”, que simboliza ahuyentar a los malos espíritus, así como también podría simbolizar cuestiones satanistas. Respecto a las ilustraciones, Moshe indica: “Están persistentemente dispuestas de maneras alquímicas, referenciales a los esquemas y bosquejos de primordialmente, en orden fractal-sustancial:

Teofrasto Paracelso

Basilius Valentinus

Elias Ashmole

Fulcanelli

Hermes Trismegisto

Raimundus Lullus

Nicholas Flamel

Roger Bacon

El manuscrito Voynich.”

Además, las palabras griegas debajo del símbolo descrito (literatura y poesía) fonéticamente decantan en el vocablo الكيمياء (alquimia).

En cuanto al contenido, individualiza: “Hace gala de una facilidad y destreza en la elección del léxico en un tipo de poesía que captaba una imagen tanto diferente del amor cortesano, usado en Sicilia, Italia en el siglo XIII, con la diferencia de que aquí hay pornografía escrita… Hace del amor y la magia sus temas predilectos… Aumenta el interés de sus temas sirviéndose del mito compositivo clasensorial y la insignia para expresar la complejidad de los estados de ánimo… Dramatiza sus sentimientos poniéndose en situaciones imaginarias… Cuando el espacio es absorbente, estira su símbolo y le añade algo… Nunca imaginé que en provincia mexicana hubieran estas corrientes de pensamiento tendientes al oscurantismo y a la demonología.”

Ph.D Moshe explicando las correspondencias